Por: Cristina Padín.
…en una tarde infinita de junio, en la bella y mística Galicia, en esa tierra llena de magia y de leyendas, en lugares donde la cultura importa y se defiende, en unos de esos días que son blancos como blanca es la verdad (que es lo más hermoso que se puede ofrecer), en una jornada que sabe a cerezas y a helado de hierbabuena, cuando el agua del mar se pinta de plata y de verano, en uno de esos momentos que el sueño son hogueras y sardinas, con música de Tanxugueiras, con verbenas populares.. si alguna vez entre el aroma de las islas más salvajes, a la vera de la pureza de Compostela, en un camino de caminos, con tanta honestidad como la que hay en un muletazo de Talavante, con humildad y sin soberbia (la soberbia y su prima la prepotencia son la fealdad y lo que es mediocre y vulgar), con la valentía de los valientes.. si alguna vez (y en esos días en los que hay notas y también notables) la Luna preguntara al Sol a qué hora deseaba irse a dormir… el Sol respondería a las once de la noche.. Galicia atardece en la noche..
Dedicado a las tardes infinitas de junio
Al toreo
A mi querida Galicia
Al Camino de Santiago
A Lourdes, por sus notazas
A mi Luis
A cada alumno despidiendo las aulas y saliendo al verano
A mi mago Talavante
A la valentía