Por: Cristina Padín.
…que existen en la bella lengua castellana.. formarían un ramillete de conjuntos de letras que hablarían de fe y de esperanza, trenzarían hileras de sensaciones para narrar la secuencia de un inolvidable viaje a Roma, hablarían del significado real y honesto de la mirada de Dios, contarían en párrafos y en sonetos renacentistas el lindo sabor de la espera (esa espera sosegada y entregada, íntima y profunda, pura y honrada), natural(mente) rematarían un poema sevillano porque Sevilla es duende y Andalucía es maravilla, por supuesto con verbos y preposiciones y sentimientos harían un puente con las leyendas gallegas (Galicia y Andalucía caminan de la mano), dibujarían páginas que desbordarían lágrimas al describir cada sabia palabra del Santo Padre, con tinta azul redactarían con tal nitidez el anhelado encuentro que se escucharía cada sonido, encadenarían entre comas y puntos una emoción mayúscula y sobresdrújula: la emoción de sentir uno que se halla en presencia del Creador de todo lo divino y lo terreno, temblarían.. sí, porque temblar es latir y latir es sentir y sentir es vivir.. Sí, si se juntaran todas las palabras que existen darían forma a un texto que hablaría de nobleza y de bondad, de lucha y de alma, de ser y de estar, de saber estar y de saber estar. Hablaría, el texto, de un joven que sin voz habla y sin movimiento anda, que pone sus ojos puros en los ojos de Dios y recibe el beso de la Virgen María.
Un relato de un viaje de esperanza
A Luis, que forma parte de mi familia
A Carlos y Arantxa, Carlos y Lourdes
Al Santo Padre
A la fe. A la esperanza. A la verdad
A mi amiga María
A mi amiga Ana
A mi amigo Jm
A Albriux
A las personas valientes y a las personas honradas
No sé.. a las emociones.. yo estoy emocionada ahora..
