Hicieron aquella mañana de noviembre en la escuela una actividad que consistía en crear un relato con sentido y sensaciones usando únicamente siete palabras. Desde luego no era fácil, pero sí entretenido, y era algo que obligaba a pensar. Algo que está muy bien: los niños tienen que pensar y leer y mil cosas… no estar atontados frente a cosas tontas…
Rezando por el alma de mi abuelita, escribió Paula, y qué bonito les pareció a todos!
Aquel que parecía bueno quizá era malo, aportó Nicolás, era un estudiante prudente y desconfiado, y certero en sus juicios.
Qué bonito es el amor siempre siempre, puso Carmen. En verdad repetía una palabra pero no habían dicho que no se pudiera, y ella estaba siempre enamorada.
Viva el toreo bello del mago Talavante, es que Carlos era alma taurina y corazón flamenco.
Ojalá se curen pronto todos los enfermos, anotó María. Qué importante es la salud.
Y qué hermoso es el número siete. Pasó la mañana mientras se creaban secuencias de letras con significado. Y el lunes poco a poco se escapaba ya hacia el martes…
Se me ocurrió porque delante tenía un libro con la palabra siete en el título
A Pau por las cosas tan bonitas que me dijo de mi abuela
A mi abuela!
A María
A cada enfermo en lucha. Qué importante es la salud
Al toreo. A genios y magos
A Luis
A Carlos. Por ser especial
A Nicolás, por sus siete años
Y a la gente que parece buena y además lo es


