El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la imposición de un arancel del 25% a las importaciones provenientes de cualquier país que adquiera petróleo o gas de Venezuela. Esta medida, que entrará en vigor el 2 de abril, busca presionar al gobierno de Nicolás Maduro, al que Trump ha calificado como “hostil” hacia Estados Unidos.
Entre los países más afectados por esta decisión se encuentra China, que en 2023 compró el 68% de las exportaciones petroleras venezolanas. A pesar de las sanciones previas, Estados Unidos también ha importado petróleo venezolano, con 8.6 millones de barriles adquiridos en enero de 2025.
El gobierno de Venezuela ha condenado estos aranceles, calificándolos de ilegales y desesperados.
Esta medida se suma a una serie de acciones recientes de la administración Trump dirigidas a aumentar la presión sobre el gobierno venezolano. Además de las sanciones económicas, se han intensificado las deportaciones de inmigrantes venezolanos desde Estados Unidos.
Analistas internacionales advierten que estas acciones podrían incrementar las tensiones diplomáticas y afectar las relaciones comerciales de Estados Unidos con otros países, especialmente aquellos que dependen del petróleo venezolano. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estos acontecimientos y sus posibles repercusiones en la economía global.