El
Gran Premio de México fue un subibaja de emociones, para nosotros, los
mexicanos, sin duda que fue una decepción aplastante.
El domingo
30 de octubre se dio lugar al vigésimo Gran Premio de esta temporada de Formula
1, temporada que se ha destacado por una cosa, el dominio de Red Bull.
Es
por ello que Checo Pérez llegaba a México, su casa, con una emoción diferente,
con hambre de victoria, con un coche claramente a años luz del resto. El mexicano
llegaba con una racha mala a esta carrera y era aquí, en casa donde quería cambiarla.
Nunca,
ningún mexicano ha podido subir a lo mas alto del podio en esta carrera en el
circuito de los Hermanos Rodríguez, sin embargo, estaba en manos de Checo logarlo.
Fue
asi como se dio inicio a la carrera y bastaron 830 metros para llegar a la
primera curva para que checo vea el espacio para pasar a la primera posición,
un sueño hecho realidad. Sin embargo, no pensó que Charles Leclerc frenaría tan
tarde, por lo que se produjo un impacto, mismo que obligo a Checo a retirarse
de la carrera.
Todos
se nos fue para abajo y no entendíamos porque, hasta que el piloto tapatío tuve
la oportunidad de hablar, en donde dijo: “Tuve
una muy buena arrancada, vi el gap para ser líder y fui por él. No pensaba que
Leclerc iba a frenar tan tarde. Si volviera a estar en esa posición en casa, lo
volvería a hacer”.
Sin
duda un piloto decepcionado del resultado, pero no del proceso, aunque nos dejo
con las ganas de ver que hubiese sido de un checo que comenzó en la quinta plaza
y que para la primera curva ya estaba a la par del líder.
Con
este resultado la distancia entre Lewis Hamilton y checo se reduce, siendo esta
de 21 puntos, algo que preocupa en México y que esperamos ver como se remedia
en Brasil.
