En el año fiscal 2024, las autoridades estadounidenses incautaron casi 10.000 kilogramos de fentanilo en las fronteras del país, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína, ha sido un factor determinante en el aumento de muertes por sobredosis en Estados Unidos. En 2021, se registraron casi 108.000 fallecimientos por sobredosis, de los cuales aproximadamente dos tercios estuvieron relacionados con opioides sintéticos como el fentanilo.
La crisis del fentanilo ha llevado a las autoridades a implementar diversas estrategias para combatir su distribución y consumo. Por ejemplo, en Washington D.C., se han instalado máquinas expendedoras que proporcionan naloxona, un antídoto para sobredosis de opioides, con el objetivo de reducir las muertes por sobredosis.
Además, la problemática del fentanilo ha influido en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México. El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha propuesto designar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas”, lo que podría tener implicaciones significativas para la cooperación bilateral en materia de seguridad y combate al narcotráfico.
La situación actual subraya la necesidad de enfoques integrales que aborden tanto la oferta como la demanda de fentanilo, así como la importancia de la colaboración internacional para enfrentar esta crisis de salud pública.