La Revista

El suicidio aún no es un problema grave, pero se debe actuar antes que lo sea

Eduardo Ruíz-Healy
Eduardo Ruíz-Healy
Sígueme en redes sociales:

Por: Eduardo Ruíz-Healy

 

Los acontecimientos políticos ocurridos en las últimas
semanas, como la selección definitiva de las virtuales candidatas a la
presidencia de la república, atrajeron la atención de un porcentaje importante
de la población.

 

Sin embargo, no todo lo que ocurre en México tiene que ver
con los miles de políticos y funcionarios que para bien o para mal existen en
nuestro país. A fin de cuentas, la realidad también la determinamos cada uno de
los más de 126 millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños que vivimos en
México y que, según la circunstancia particular de cada uno, influimos sobre
nuestra realidad, la de nuestro entorno más cercano y más allá de éste.

 

Por ejemplo, debido a la efervescencia política de la semana
pasada pasó casi desapercibido el informe que el INEGI difundió el viernes con
motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Prevención del Suicidio.

 

De acuerdo con dicho informe, las muertes por suicidio han
aumentado. En 2017, la tasa de suicidio fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes.
En 2022 la tasa disminuyó a 6.3, después de alcanzar un 6.5 en 2021. Lo
anterior significa que en 2022 se registraron 8123 suicidios, 1629 más que los
6494 ocurridos en 2017. Además, “Para 2022, la tasa de suicidio en hombres fue
de 10.5 por cada 100 mil, en tanto que en mujeres, fue de 2.3 por cada 100 mil.
Los datos anteriores se traducen en que ocho de cada 10 fallecimientos por
suicidios (81.3 %) ocurren en hombres y dos de cada 10, en mujeres (18.7 %)”.

 

El aumento del 25.1% en el número de personas que de 2017 a
2022 decidieron quitarse la vida debe preocuparnos a todos, máxime que esta
cifra no incluye a quienes se mataron, queriéndolo o no, por una sobredosis de
alguna droga legal como el alcohol o un opiáceo sintético de venta regulada, o
ilegal como la cocaína, la heroína, la metanfetamina o el fentanilo, por
mencionar algunas.

 

Ahora bien, la tasa general de suicidio de 6.3, si bien dista
mucho de estar entre las más altas del mundo, coloca a nuestro país en el lugar
número 84 de entre 183 países que para este tema clasifica la OMS. México está
muy debajo de naciones desarrolladas como Corea del Sur (21.2), Estados Unidos
(14.5), Finlandia (13.4), Suecia (12.4), Japón (12.2), Noruega (11.8), Islandia
(11.2), Canadá (10.3) y Suiza (9.8).

 

La tasa de suicidio para hombres de 10.5, coloca a nuestro
país en el lugar 95 de entre 183 países. De nuevo, bastante debajo de la
mayoría de los países desarrollados.

 

Un suicidio acarrea graves consecuencias.

 

Para las familias de los suicidas, los efectos generalmente
son devastadores y a largo plazo. Las familias sienten duelo intenso, shock,
culpa, enojo, tristeza, miedo y problemas de salud física y mental.

 

Para un país, los costos económicos pueden ser
significativos. Los costos directos incluyen los de la atención médica para el
intento de suicidio o la muerte, así como el costo de los gastos funerarios.
Los indirectos incluyen la pérdida de productividad debido a la muerte de un
trabajador, así como el costo del dolor y la pérdida para los sobrevivientes.

 

Para que el número de suicidios no siga en aumento, se
requieren redes públicas y privadas de prevención y apoyo para suicidas
potenciales y familiares de quienes se haya quitado la vida.

 

Twitter:
@ruizhealy

Facebook:
Eduardo J Ruiz-Healy

Instagram: ruizhealy

Sitio: ruizhealytimes.com

Eduardo Ruíz-Healy
Eduardo Ruíz-Healy
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último