Por: Cristina Padín
Entonces les contó a todos los niños que una abuelita que ya
cuidaba los jardines del cielo cumpliría el día 7 y también el 8 nada más y
nada menos que 104 años..
Y los pequeños no daban crédito. Cumplía la edad en dos
días?? Les explicó que algunas personas, muy especiales, contaban con esa
particularidad! Y qué mayor sería!
Tenía arrugas cuando vivía en la tierra, las manos firmes de
trabajar, el corazón dulce de tanto amar. Y lo mismo sucedía a la mujer que
cumplía esa calurosa tarde del 6…
El verano regalaba en Galicia sol y mar, mar y sol, vida y
azul… y ella, que era torera de alma y generosa de mente, se hallaba en esa
tierra tan llena de magia… festejando con vino!
Los niños continuaron pintando. En un mes habían cumplido años
muchas personas que eran dignas merecedoras de sus tarjetas de felicitación…
Compusieron un cielo azul para la abuela A, con rosas; un
amanecer de Rías Baixas para el muy valiente A; un traje de luces para el
inmenso J; una plaza de toros para ella: M..
…y seguían… cumpleañeros de septiembre y octubre había
tantos: claveles para la recién universitaria L; un poemario para la perfecta
I, pronto; un reloj para el gran Jm…
Y más y más y más…
A Manoli, mucha felicidad, te adoro
A mi maravillosa abuela que cumple en el cielo 104 mañana y
pasado, mi abuela siempre fue muy suya
A la linda L, que cumplió en septiembre
Al toreo
A mi querido Juli, que cumplió el 3
Al valiente A, que festejó en septiembre
A I, pronto; a mi querido Jm, pronto
A mi querido Pablo, pronto
A la vida
Al vino
Al Camino y a los caminos
A Luis
A los abuelos
Y al verano
A Galicia. Siempre valiente