Por Yazmín Rodríguez Galaz
Los nombramientos de Jorge Esquivel Millet, en la dirigencia municipal del PRI y de Karla Franco Blanco en la CNOP, hablan del control-liderazgo, del gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, sobre su partido, el PRI, de cara al proceso electoral que habrá de celebrarse en el 2018 pero que formalmente arrancará en septiembre próximo.
Ambos son amigos y colaboradores personales del mandatario y por tanto, queda claro su brazo operador para el trabajo preelectoral previo a los comicios; el gobernador se ha dicho a través de los 4 años de su administración, aparece en diferentes encuestas como uno de los mandatarios mejores posicionados en todo el país y obviamente esto –por añadidura- representaría apoyo o votos a favor de su partido, mismo que lo postuló en el 2012.
Ese indicaría al menos la lógica política, pero en tiempos complicados para el priismo –no de Yucatán- sino a nivel nacional, será necesario un trabajo fuerte a nivel partido y no precisamente el “colgarse” de la imagen o presencia del Ejecutivo Estatal.
La incógnita surge si serán capaces ambos personajes –bastante disciplinados y dispuestos a obedecer lo que se les diga- de remolcar a su partido ante el fuerte oleaje de la adversidad y más aún en el caso de Esquivel Millet, poco conocido e identificado con la llamada “base priista”.
Ningún partido político la tendrá sencilla en las elecciones del 2018, ante el convulsionado escenario nacional y mucho más porque hay una pérdida de credibilidad en los políticos y los partidos políticos y por tanto, se necesitará mucho más que simples figuras para avanzar.
Ante ello, pareciera monumental el reto de ambos dirigentes para retentar simpatías y llevar a buen puerto a su militancia tricolor.
De igual manera, existen factores que también dificultará la situación, como el hecho de que por equidad, deberán incluirse mujeres en un 50 por ciento de las candidaturas y también el aspecto de la reelección municipal, en donde es seguro, que muchos alcaldes salientes podrán tener la opción de repetir en el encargo.
¿Cómo le harán los partidos para definir estas candidaturas?, ¿Podrían representar escisiones internas?, son preguntas al aire y aunque a distancia, dignas de sopesar.
Por otro lado, el gobernador como primera figura del priismo podrá seguir desempeñando su trabajo con buenos resultados pero para conflicto del PRI, difícilmente sea candidato y por tanto, la ley lo sujetará a una limitada intervención.
De tal suerte que el priismo deberá “poner sus barbas a remojar” ante lo que puede ocurrir, porque si bien las encuestas no son un aspecto sólido que defina posiciones, si permite dimensionar el nivel de aceptación, desinterés o rechazo.
Y a nivel nacional de acuerdo a recientes encuestas, el PRI tiene una caída en preferencias históricas y de caída con apenas el 12 por ciento.
De remate es claro que el 2018 tendrá la cereza del pastel que será la elección presidencial del 2018 y obvio esto influye en las demás tendencias de la votación.
Ante todo esto, realmente el priismo yucateco necesitará algo más que buenos perfiles y deseos para repetir en la gubernatura de Yucatán.
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De golpe y porrazo
En el PAN, las aguas parecen tomar niveles desproporcionados ante la serie de “destapes” de aspirantes y suspirantes a los diferentes cargos de elección popular.
Todo parece indicar que los tiempos se han precipitado y muchos ya levantaron la mano, como el caso del ex alcalde meridano, Renán Barrera Concha y del Diputado federal Joaquín Díaz Mena.
Todo esto, mientras que el presidente estatal del PAN, Raúl Paz Alonso ha preferido hablar de unidad y no de disputas internas.
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El conflicto de UBER sigue dando de qué hablar, sobre todo porque la aplicación u empresa, se niega a querer registrarse formalmente ante la Dirección de Transporte del gobierno del Estado y por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) arreció con las detenciones de vehículos “piratas”.
Reclamos en ese sentido porque después de varias semanas, algunos propietarios dicen no saber dónde están finalmente sus vehículos.
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Algunos problemas en los ayuntamientos por falta de dinero para pagar sus servicios indispensables de energía eléctrica.
Ya ocurrieron dos casos con Motul y Tekax que la misma CFE les cortó el suministro porque no cubrieron sus recibos a tiempo.
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De esto y más estaremos pendientes
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