Vivía allá en las tierras más altas. Piedra roja por todas partes, calor del alba al anochecer y sábanas blancas en las huertas, detrás, bailando en el inexistente viento un compás de jazz y flamenco. Flamenco: flamenquito no, porque no existe.
Escuchaba hablar de gente especial.. Leía sobre gente especial. Poseía una sonrisa que no se marchitaba jamás, aunque el gris cambiara el naranja habitual de los días cotidianos. Era amable, de mirada noble, de piel como la aceituna…
Vivía allí feliz. Especiales eran los médicos, a él le habían curado. Y era grave lo suyo! Y también eran especiales los toreros, su afición era inmensa. Leía sobre toros, y en la temporada cabalgaba, cruzaba el río, cogía un tren y dos autobuses para ir a las ferias..
Le gustaba vivir en aquellas tierras…
Una mañana salió tan temprano a pasear, y fumar, que la Luna seguía despierta. Y, con su cantar de plata, le dijo: Saludas a diario, si puedes hacer un favor, sonríes, trabajas con agrado, disfrutas la vida. Ya eres especial!
Sonrió con una sonrisa enorme… y, cuando se dispuso a aplaudir, salió el sol.
Dedicado a cualquier persona especial: así personas que saludan, preguntan, ayudan..
A mi amiga Ana: muy especial
A mi Luis: te quiero!
A mi hermana. Nosotras no vivimos en las tierras lejanas, vivimos al lado del mar. No cruzamos ríos para ir a los toros, pero dos Blablacar y un tren, por ejemplo, no es algo descabellado
A Rocío, gracias!
Al jefe. Es especial!
A los toreros y a mi mago
A mi querido mes de mayo: no galopes, por favor!!
A Lorca: este cuento se ambienta en sus descripciones para Bodas de sangre..
A la gente que lee..
