Estados Unidos ha iniciado una intervención financiera para respaldar el gobierno de Javier Milei en medio de la aguda crisis económica que atraviesa Argentina y con miras a las próximas elecciones legislativas. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció un acuerdo de intercambio de divisas (“swap”) por 20.000 millones de dólares y confirmó la compra directa de pesos argentinos.
Según Bessent, “el Tesoro de Estados Unidos está preparado, de inmediato, para tomar las medidas excepcionales que sean necesarias para estabilizar los mercados”. Con esta estrategia, Washington busca otorgar liquidez a la economía argentina mientras Milei se acerca al umbral electoral.
Desde la Casa Blanca se defiende esta medida como un acto estratégico para apuntalar a un aliado ideológicamente cercano, en un momento de debilidad económica severa. Algunos analistas sostienen que esta ayuda podría apuntar también a reducir la influencia de China en Argentina, dadas las tensiones geopolíticas en la región.
No obstante, el rescate ha sido objeto de críticas. Legisladores demócratas estadounidenses han cuestionado el uso de fondos públicos para respaldar al gobierno argentino, considerándolo un rescate innecesario para un país extranjero. Asimismo, productores agrícolas de EE. UU. han expresado su descontento, argumentando que el auxilio fortalece la competencia de Argentina en mercados como el de la soja frente a las exportaciones estadounidenses.
Aunque el anuncio generó reacciones positivas inmediatas: recuperación del valor del peso, mejora en los bonos argentinos y alzas en los mercados locales, persisten interrogantes sobre su sustentabilidad y condiciones. Por ejemplo, un swap implica intercambios temporales de divisas que deben revertirse más adelante, lo cual expone al país acreedor (en este caso EE. UU.) a posibles pérdidas si la moneda local se deprecia.
Por su parte, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, fue enviado a Washington para apurar las negociaciones y definir los términos concretos del rescate. Mientras, miles de millones de dólares del tesoro argentino ya han sido vendidos para contener la devaluación y frenar la fuga de capitales.
Desde el punto de vista político, el rescate amplifica las apuestas electorales. Milei necesita que los comicios legislativos del 26 de octubre le otorguen respaldo parlamentario suficiente para avanzar con su programa de reformas. En tanto, su alianza con Trump coloca a ese respaldo internacional como elemento central de su estrategia de campaña.
Este episodio marca un giro extraordinario en la relación bilateral entre Argentina y EE. UU., al integrar apoyo monetario directo con objetivos geopolíticos y electorales.


