El pasado fin de semana, la comuna de Cité Soleil en Puerto Príncipe, Haití, fue escenario de una masacre que dejó al menos 184 personas fallecidas, en su mayoría ancianos practicantes del vudú. Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), el líder pandillero Monel “Mikano” Félix ordenó los asesinatos tras consultar a un sacerdote vudú, quien atribuyó la enfermedad de su hijo a una supuesta maldición impuesta por los ancianos de la zona.
Los ataques se llevaron a cabo entre el 6 y 7 de diciembre en el área de Wharf Jérémie, dentro de Cité Soleil. Testigos informaron que las víctimas, en su mayoría personas mayores de 60 años, fueron brutalmente asesinadas con machetes y armas de fuego; muchos cuerpos fueron mutilados y quemados en las calles.
El gobierno haitiano condenó enérgicamente la masacre, calificándola de “crueldad insoportable” y prometió movilizar todas sus fuerzas para perseguir y aniquilar a los responsables. Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a las autoridades haitianas a realizar una investigación exhaustiva y garantizar que los perpetradores de estos y otros abusos contra los derechos humanos sean llevados ante la justicia.
Este trágico suceso se suma a la creciente ola de violencia que azota a Haití, donde las pandillas han incrementado su control sobre diversas áreas del país, exacerbando la crisis humanitaria y de seguridad que enfrenta la nación caribeña.


