El 4 de junio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una proclamación que suspende durante seis meses, prorrogables, la concesión de nuevos visados F, M y J a estudiantes extranjeros que deseen estudiar en la Universidad de Harvard. La medida se basa en argumentos de seguridad nacional, alegando que la institución ha fallado en proporcionar información suficiente sobre conductas indebidas de sus estudiantes extranjeros.
La orden presidencial restringe la entrada de ciudadanos extranjeros que deseen ingresar a Estados Unidos con el propósito principal de participar en cursos de estudios o programas de intercambio organizados por Harvard. Además, instruye al secretario de Estado, Marco Rubio, a considerar la revocación de los visados existentes para estudiantes actuales de Harvard que cumplan con los criterios establecidos en la proclamación.
Los visados afectados incluyen:
- F-1: para estudios académicos a tiempo completo en instituciones aprobadas.
- M-1: para programas vocacionales o técnicos.
- J-1: para participantes en programas de intercambio cultural, incluyendo profesores, investigadores y estudiantes.
La administración Trump argumenta que Harvard ha incumplido con sus obligaciones legales, citando:
- Falta de cooperación con el gobierno federal.
- Acusaciones de antisemitismo en el campus.
- Discriminación positiva por motivos raciales.
- Aceptación de estudiantes de países adversarios.
- Supuestos aumentos en la delincuencia en el campus, sin proporcionar pruebas concretas.
Trump sostiene que la admisión en Estados Unidos para asistir, investigar o enseñar en instituciones de educación superior es un privilegio vinculado al cumplimiento de la legislación federal, y acusa a Harvard de incumplir este requisito.
Aproximadamente el 25% de los estudiantes de Harvard son internacionales, provenientes principalmente de China, Canadá, India, Corea del Sur y el Reino Unido. La suspensión de visados afecta directamente a miles de estudiantes y podría tener consecuencias significativas en la diversidad y la economía de la institución.
Harvard ha denunciado la medida como una represalia ilegal que infringe sus derechos de la Primera Enmienda y ha prometido proteger a sus estudiantes internacionales.
La proclamación se produce después de que una jueza federal suspendiera una orden previa que prohibía a Harvard admitir estudiantes extranjeros. Se anticipa que la universidad impugnará la nueva decisión, argumentando que apunta injustamente a una institución específica y viola principios fundamentales de libertad académica.
La comunidad académica y organizaciones de derechos civiles han expresado su preocupación por el precedente que establece esta medida y su impacto en la reputación de Estados Unidos como destino educativo.
La suspensión de visados para nuevos estudiantes internacionales en Harvard marca un punto crítico en las políticas migratorias y educativas de la administración Trump, generando un debate nacional e internacional sobre la autonomía universitaria y la inclusión en la educación superior.