En una nueva escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania, las fuerzas ucranianas llevaron a cabo un ataque con drones contra una planta rusa dedicada a la producción de sistemas de interferencia para misiles en Cheboksary, causando graves daños que obligaron a detener la fabricación .
El bombardeo complementa ofensivas recientes, donde Ucrania también impactó un aeródromo ruso en Savasleyka y afectó dos aviones, destruyendo infraestructura clave para el despliegue de misiles hipersónicos Kinzhal .
Estos ataques forman parte de la estrategia ucraniana conocida como “Operation Spider’s Web”, liderada por el SBU el 1 de junio, que tenía como objetivo bases aéreas rusas profundas y logró dañar alrededor de una treintena de aviones militares .
Los analistas destacan que, en contraste con los ataques rusos sobre zonas civiles –que recientemente incluyeron más de 20 misiles y 400 drones hacia centros ucranianos–, los ucranianos focalizan sus ofensivas en objetivos militares significativos dentro del territorio ruso .
Tras los recientes golpes, se ha constatado que Rusia intensificó su propia ofensiva con misiles y drones, lo que llevó a la OTAN a reforzar medidas defensivas, activando patrullas aéreas en Polonia .
Conclusión: La acción ucraniana demuestra un aumento en la sofisticación de sus ataques y la capacidad para minar la logística militar rusa. Al dañar instalaciones críticas como la planta de guerra electrónica en Cheboksary y bases aéreas, Ucrania busca desestabilizar la ofensiva de Putin y reforzar su posición estratégica, mientras el conflicto continúa escalando con efectos en ambos bandos.