Por: Cristina Padín
Mercedes veneraba a santa Minia. Su madre también, ella le
había enseñado a amar a aquella virgen y mártir tan joven. Minia, en Roma,
murió por su fe. Por su amor a Dios.. por ser fiel a sus creencias y por no
traicionar jamás aquello que para ella era importante..
Así actúan los valientes..
Mercedes era una niña gallega. Acudía cada día a la novena
de santa Minia. Que, evidentemente, se desarrollaba durante nueve días. Le
gustaba mucho ir. Cantaba con afecto su himno… y le hacía a la santa alguna
petición…
Mercedes era valiente!
Como santa Minia lo fue. No lloraba aunque lo pasaba mal
cuando se caía de la bicicleta. Y acompañaba muy bien a su abuelo, que ya no podía
recordarla. Le contaba las faenas de su querido Juli, al anciano le había
gustado mucho. Y le hablaba también de un señor valiente…
…que trabajaba por España mucho y bien!
Santa Minia parecía sonreír a Mercedes…
Dedicado a mi querida santa Minia
Mi abuela adoraba a santa Minia
A cada Mercedes, pronto de santo
Y a mi querida madre, que se llama Mercedes
A Juli
A la familia de Juli
A los valientes
A Luis
A Brión
A septiembre
Y a la gente que es fiel a lo que importa
A mi amigo Jm