Ronen Bar, jefe de la Agencia de Seguridad de Israel (conocida como Shin Bet), anunció que renunciará a su cargo el próximo 15 de junio, casi tres meses después de que el Gobierno israelí votara unánimemente a favor de su destitución.
Durante un evento en memoria de los agentes caídos del Shin Bet, Bar expresó: “Mi amor por la patria y mi lealtad al Estado son la base de cada decisión que he tomado en mi vida profesional. Y lo mismo ocurre esta noche”. En su discurso, el director saliente asumió la responsabilidad por los errores cometidos por el Shin Bet durante el ataque del 7 de octubre de 2023. “Tras años en muchos frentes, en una sola noche, en el frente sur, se derrumbó el cielo. Todos los sistemas colapsaron. El Shin Bet tampoco dio una advertencia”, reconoció Bar en Tel Aviv.
El jefe de inteligencia explicó que su dimisión busca “permitir un proceso ordenado” para la elección de su sucesor. Sin embargo, el futuro de su mandato aún permanece incierto. El 21 de marzo, el gabinete israelí votó por unanimidad su destitución, decisión que debía hacerse efectiva el 10 de abril. No obstante, el Tribunal Supremo de Israel congeló el proceso, una medida que provocó la indignación del primer ministro Benjamín Netanyahu y de sus aliados de derecha, quienes todavía podrían intentar remover a Bar antes de la fecha establecida por él mismo.
La renuncia de Bar se produce en un contexto de creciente enfrentamiento con Netanyahu y otros miembros del Gobierno, quienes lo acusan de dirigir investigaciones con motivaciones políticas. La situación se tensó aún más tras el llamado caso QatarGate, donde el Shin Bet implicó a dos cercanos colaboradores del primer ministro.
La semana pasada, en una declaración jurada, Bar denunció que Netanyahu esperaba de él “lealtad personal”. Según sus palabras: “Me dejaron claro que, en caso de una crisis constitucional, se esperaría que obedeciera al primer ministro y no a la Corte Suprema”. Como respuesta, Netanyahu lo acusó de presentar una “declaración jurada falsa” y afirmó que la destitución se debía a que Bar “no cumplió con su deber”.
Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional y figura destacada de la extrema derecha israelí, celebró la salida de Bar con un escueto mensaje en redes sociales: “Buena suerte”.
En contraste, Ronen Bar recibió apoyo desde la oposición. Yair Lapid, líder opositor, manifestó en un comunicado: “Ronen Bar tomó la decisión correcta y honorable. Así es como se ve asumir la responsabilidad”. Por su parte, Yair Golan, líder del Partido Demócrata, declaró: “Netanyahu, ahora es tu turno”.
La salida de Bar marca un momento clave para la seguridad interna de Israel, en un contexto político cada vez más polarizado y tras uno de los mayores fallos de inteligencia en la historia reciente del país.