El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes una flexibilización de los aranceles al sector automotriz, medida que tendrá efecto retroactivo y busca aliviar las tensiones generadas por su política comercial. La decisión permitirá a los fabricantes de automóviles reclamar compensaciones de hasta el 3,75% del valor de los vehículos producidos en el país durante un año, reduciéndose al 2,5% en el segundo año y eliminándose en el tercero .
La medida beneficiará también a empresas extranjeras que produzcan dentro de Estados Unidos, incluyendo a las de México y Canadá, siempre que cumplan con los requisitos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Los vehículos fabricados después del 3 de abril podrán acogerse a estas compensaciones .
El presidente Trump justificó la decisión como un alivio temporal para los fabricantes ante la escasez de componentes, afirmando: “No queremos penalizar a los fabricantes de automóviles si no pueden encontrar componentes para sus vehículos” .
Mary Barra, presidenta y directora ejecutiva de General Motors, expresó en una carta a los accionistas: “En nuestras conversaciones, hemos destacado la importancia de un sector manufacturero fuerte y del liderazgo estadounidense en tecnologías avanzadas.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, afirmó haber alcanzado un acuerdo para la flexibilización de los aranceles automotrices, aunque no se han divulgado todos los detalles del mismo .
La política comercial de la administración Trump ha generado incertidumbre en diversos sectores económicos. La imposición y posterior flexibilización de aranceles ha sido objeto de críticas por parte de analistas y líderes empresariales, quienes advierten sobre las distorsiones que estas medidas pueden causar en la economía.
El gobierno mexicano, por su parte, ha buscado negociar un trato preferencial en el marco del TMEC para mitigar el impacto de los aranceles en su industria automotriz, que representa más del 30% de sus exportaciones a Estados Unidos .
La flexibilización de los aranceles automotrices por parte de Estados Unidos representa un alivio temporal para los fabricantes y sus aliados comerciales, aunque persisten las preocupaciones sobre la estabilidad y previsibilidad de la política comercial estadounidense.
