El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, se encuentra en trayectoria hacia la isla de Georgia del Sur en el Atlántico Sur, generando preocupación por su posible impacto en la fauna local. Con una superficie aproximada de 3.500 kilómetros cuadrados y un peso cercano a un billón de toneladas, A23a es comparable en tamaño a la isla de Mallorca. Este coloso de hielo se desprendió de la plataforma Filchner-Ronne en la Antártida en 1986 y, tras más de tres décadas encallado, comenzó a moverse nuevamente en 2020.
Actualmente, el iceberg se encuentra a unos 300 kilómetros de Georgia del Sur. Los científicos del British Antarctic Survey (BAS) monitorean su avance, ya que si A23a encalla cerca de la isla, podría obstaculizar las rutas de alimentación de especies como pingüinos y focas. El Dr. Andrew Meijers, oceanógrafo del BAS, señaló: “Un iceberg puede bloquear áreas de alimentación sobre la plataforma continental o forzar a los animales a rodearlo, lo que consume más energía y puede aumentar la mortalidad”.
En 2004, un evento similar ocurrió cuando el iceberg A38 encalló cerca de Georgia del Sur, resultando en la muerte de numerosos polluelos de pingüino y crías de foca debido a la dificultad de los adultos para acceder a zonas de alimentación. Aunque los icebergs también aportan nutrientes al océano que benefician a la cadena alimentaria, su presencia puede alterar significativamente el ecosistema local.
Se espera que A23a siga la corriente circumpolar antártica hacia una región conocida como “callejón de los icebergs”. Sin embargo, su trayectoria exacta es incierta, y los expertos continúan observando su progreso para evaluar posibles consecuencias ambientales.