El derretimiento acelerado de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida está contribuyendo significativamente al aumento del nivel del mar, según recientes estudios científicos. Este fenómeno representa una amenaza creciente para las comunidades costeras a nivel mundial.
Desde 1993 hasta 2018, el nivel del mar ha experimentado un aumento promedio de 3.7 mm por año. Este incremento se debe principalmente a la expansión térmica del agua y al derretimiento de glaciares y capas de hielo. En particular, la pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida ha sido responsable de una parte sustancial de este aumento .
Investigaciones basadas en datos satelitales de la misión CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA) han revelado que los eventos extremos de derretimiento en Groenlandia se han vuelto más frecuentes e intensos en las últimas décadas. Solo en la última década, se han derretido aproximadamente 3.5 billones de toneladas de hielo de la capa de hielo de Groenlandia, contribuyendo al aumento del nivel del mar y elevando el riesgo de inundaciones en comunidades costeras .
El Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que, sin medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el nivel del mar podría aumentar significativamente para el año 2100. Este incremento pondría en riesgo a millones de personas que viven en zonas costeras, especialmente en pequeñas islas y deltas de ríos en África y Asia .
El aumento del nivel del mar no solo amenaza infraestructuras y viviendas, sino que también afecta a ecosistemas costeros como manglares y marismas. Estos hábitats enfrentan la pérdida de biodiversidad y cambios en sus funciones ecológicas. Además, las comunidades indígenas que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia se ven particularmente vulnerables ante estos cambios .
Los científicos enfatizan la necesidad de acciones inmediatas y sostenidas para mitigar el cambio climático. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptar políticas de adaptación son esenciales para proteger a las comunidades costeras y preservar los ecosistemas afectados por el aumento del nivel del mar.