El gobierno de Japón ha declarado una “emergencia nacional” debido al descenso histórico en la tasa de natalidad, marcando un nuevo mínimo con solo 727,277 nacimientos registrados en 2024. Esta cifra representa una disminución del 5.1% en comparación con el año anterior, según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, expresó su profunda preocupación por esta tendencia demográfica, afirmando que “la baja tasa de natalidad es una crisis nacional que amenaza la sostenibilidad de nuestra sociedad”. El gobierno ha anunciado una serie de medidas para fomentar la natalidad, incluyendo incentivos financieros para las familias, mejoras en las políticas de conciliación laboral y familiar, y programas de apoyo a la crianza de los hijos.
Expertos señalan que factores como la inseguridad económica, las largas jornadas laborales y la falta de apoyo a las familias contribuyen al descenso en la natalidad. La población japonesa, que ya es una de las más envejecidas del mundo, enfrenta desafíos significativos en términos de sostenibilidad económica y social si esta tendencia continúa.
El gobierno japonés está intensificando sus esfuerzos para revertir esta situación, reconociendo que se requiere una respuesta integral y sostenida para abordar las causas subyacentes de la baja tasa de natalidad y garantizar el futuro del país.
