Por: Cristina Padín.
Sin ruido volvió a anunciarse un cartel de él. De José Tomás. El niño que vestía camisa blanca jugaría el sábado a la vera del mar.. y su estampa evocaría un cuadro de Sorolla. En aquel instante, mientras sin ruido llegó otra comparecencia del Príncipe de Galapagar, el niño que llevaba vaqueros se hallaba en clase entregado a la fantástica tarea de recopilar canciones relativas al mes de mayo.
Que al colegio se va a muchas cosas y no únicamente a aprender a multiplicar..
Con humildad comparecería José Tomás.. pensaría la joven maestra cuando se enterara de que sí… Sí. Torearía el diestro madrileño en agosto en Alicante. A ver sus lances de ensueño y sus faenas tan bellas acudirán aficionados de mil cien partes del mundo. Porque José Tomás conquista y convence. Gusta. Es pureza, historia y alma. Con insultos, con bronca, seguirán diciendo los que critican.
Para hablar de José Tomás hay que saber apreciar y valorar. Así como para hablar de economía hay que saber de economía..
Qué escasa gracia me hacen las críticas constantes de esto y aquello (y qué poco recorrido tienen)
Dedicado a José Tomás
A Albriux
A tomasistas
A Arnaud, con un abrazo
A mi querido Luis
Al toreo
A la afición de verdad
A Sorolla y al arte
A los profesores, gracias por tanto
Al mar, a mi mar..
Al mes de mayo
Y a la humildad