La masonería es una sociedad secreta -y discreta- a
la que han pertenecido hombres y mujeres destacados de diversas áreas del
quehacer humano; las ciencias, las artes, los deportes, la política, las
organizaciones de la sociedad civil, las propias iglesias y un largo etcétera
que nos hacen concluir que ningún ámbito se ha visto ausente de tener entre sus
filas a miembros de la hermandad de la escuadra y el compás.
Por su cercanía a los grupos de poder político y
económico, se le ha vinculado a diversas conspiraciones y hechos históricos
como las revoluciones liberales de los siglos XVIII y XIX; se les acusa de
manejar la banca europea y de ser quienes han controlado la política y el poder
público sobre todo en América Latina y los Estados Unidos de América.
En México, han resurgido diversas teorías acerca de
que, con la llegada del Presidente Andrés Manuel López Obrador, también lo ha
hecho la masonería a través de algunos de sus miembros que ocupan posiciones de
poder dentro de su gabinete y, en general, espacios en su gobierno.
Sobre todo, cuando, en el Acto del grito de
Independencia, el mandatario incluyó la arenga de “viva la fraternidad
universal”. También se ha visto al Senador favorito del Presidente, Ricardo
Monreal, subir videos y fotografías a su Facebook en los que hace mención del
Gran Arquitecto del Universo, con un cuadro de Juárez como fondo, sosteniendo
entre sus manos, una escuadra y un compás.
Pero cuando se habla de masonería, muchas cosas
abonan a las especulaciones y a las teorías de grupos élite que toman
decisiones “tras bambalinas”; lo único cierto es que la masonería, pese al
tiempo y a los muchos documentales, series, películas y libros que existen,
continúa siendo un tema apasionante para los teóricos de las conspiraciones al
igual que para los estudiosos del poder a lo largo de la historia y, por
supuesto, por los dirigentes de muchas religiones en el mundo que, consideran,
se han visto (o se ven) amenazadas por los llamados “hijos de la luz”.
En ese sentido, en La Revista Peninsular, nos dimos
a la tarea de buscar respuestas, para ello nos acercamos a la sede de la
masonería en Yucatán: La Gran Logia Unida La Oriental- Peninsular.
Nos recibió en su sede, ubicada en la calle 63 entre
70 y 72, quien ocupa la Secretaría Técnica y de Vinculación Institucional de la
Gran Logia, el abogado José Miguel Rosado Pat quien, en representación del Gran
Maestro, Víctor Enrique Espinosa Pinelo, nos brindó la siguiente entrevista:
LRP:
La masonería, ¿una hermandad para forjar relaciones de poder económico y
político?
JMRP:
Más que relaciones de poder político y económico yo diría que es una
institución para forjar a hombres libres y sentar las bases de su propio
carácter, a través de los buenos hábitos, la ética, la filosofía, el trabajo y
el estudio profundo de la naturaleza humana, cualidades que fomentan las buenas
relaciones a partir de encontrarse con otras personas que comparten la misma
escala de valores.
LRP:
¿Hay en sus filas hombres y mujeres de poder, involucrados en los gobiernos de
ahora?
JMRP:
Hay en nuestras filas, en el caso específico de nuestra Gran Logia y nuestro
Rito que es el Escocés Antiguo y Aceptado, hombres con un pensamiento político
diferente que deriva, en muchos casos pero no todos, en la participación activa
de muchos de nuestros miembros en diversos partidos. La pluralidad es parte
importante de nuestra organización y un pilar fundamental para crecer y
evolucionar, la masonería no está exenta de necesitar el cambio en todo
sentido: generacional, en dinámica de trabajo o en el hecho de establecer
nuevas prioridades conforme a los tiempos históricos.
LRP:
¿Es la masonería, como muchos han señalado, un satélite del partido en el Poder
o del gobierno en turno?
JMRP:
Eso es una idea muy equivocada que existe acerca de la masonería. Si bien, cabe
señalar, ha tenido mucha presencia en ciertos sectores y gobiernos de la
república, como en el de Madero y los gobiernos posrevolucionarios, como el del
General Lázaro Cárdenas o en el de Adolfo López Mateos, también es cierto que,
después de los acuerdos de Carlos Salinas de Gortari resultantes del
restablecimiento de las relaciones diplomáticas de México con el Estado
Vaticano, muchos de los miembros fueron excluidos de múltiples espacios
públicos.
La agenda neoliberal, desde entonces, no fue una
agenda con la que una organización como la masonería pudiera comulgar del todo,
sobre todo cuando lo que comenzó a determinar la política mexicana fue un
pragmatismo excesivo y sin reparo alguno. Como te comentaba, hay Hermanos que
participan de forma activa en uno u otro instituto político, pero eso no
precisa que sea la masonería la que ocupa o tiene el control de esos espacios.
Lo que procuramos es que sean los hermanos que se desempeñan en
responsabilidades públicas o que se encuentren ejerciendo un liderazgo, lo hagan
conforme a los principios de la Orden y que por su comportamiento y actitud
para con los demás se les reconozca como masones.
LRP:
¿Primero está la hermandad y los hermanos antes que las leyes de un país?
JMRP:
Jamás. Cierto es que entre los Hermanos debemos apoyarnos y solidarizarnos,
pero eso no significa, en ninguna circunstancia, que estamos obligados a ser
cómplices de actos ilícitos o fechorías que sean cometidos por miembros de una
logia. No puede usarse el título de “hermano” o de masón para llevar a cabo
actividades delictivas o para establecer mafias, dentro o fuera de la Orden.
LRP:
¿Cuál es la postura de la masonería respecto al proceso electoral que se
aproxima?
JMRP:
La masonería no es una organización política, ni una organización donde los
miembros apoyen en bloque a este o aquel candidato o candidata, tal como te
decía en una pregunta anterior, en la Gran Logia hay hermanos que participan en
diversos institutos políticos, nos respetamos y trabajamos en los proyectos
donde es posible unir esfuerzos para lograr cosas que beneficien a la sociedad
y a la propia institución. Los fines de la masonería y lo que aprendemos los
masones en nuestros templos está por encima de los partidos políticos, de los
propios políticos y de cualquier aspecto mundano de la humanidad, dado que
nuestra institución y nuestro trabajo se fundamenta en los principios y en la
ética más universal.
LRP:
¿Es verdad que la masonería es elitista, que sólo ingresan personas que tengan
u ostenten poder o posiciones de relevancia en la sociedad?
JMRP:
No siempre se da el caso. En esencia la masonería no puede ser elitista, pero
sí selectiva. Como cualquier otra organización que desea crecer y evolucionar, la
masonería procura el ingreso de los perfiles más aptos e idóneos por los cuales
optamos después de que el interesado en ingresar, avanza con resultados
satisfactorios en el proceso que tenemos cuando de dar entrada a un candidato
se trata. Y respecto a eso de que la masonería es “elitista”, yo te digo que,
en la Orden, hay hombres de todos los oficios y profesiones. Eso no influye al
momento de someter a votación el ingreso de un nuevo miembro. Mientras sea un
hombre libre y de buenas costumbres, nos damos por satisfechos.
LRP:
¿Tiene costo económico formar parte de la masonería?
JMRP:
Como toda pertenencia a determinada agrupación, conlleva responsabilidades que
hay que cumplir, nosotros no somos la excepción en ese sentido. Claro, no se
puede negar que, en el caso de la masonería donde es común reunirnos y
organizarnos en torno a actividades altruistas y filantrópicas, la exigencia
económica pudiera llegar a ser significativa, sin embargo, eso no quiere decir
que la pertenencia sea onerosa o que, por el simple hecho de pagar, es posible
pertenecer o formar parte de una logia, por eso existe la carrera masónica y
los propios grados, que impulsan a cualquier hermano a trabajar y crecer dentro
de la Orden.
LRP:
¿Los masones creen en algún “dios” o profesan alguna religión?
JMRP:
De entrada, es importante aclarar que los masones no somos ateos como muchos
creen, tampoco somos los cerebros detrás de una gran conspiración para derrocar
gobiernos o iglesias.
Cada masón puede creer en el dios de su preferencia
o de su propia cultura, en los templos convivimos católicos, musulmanes,
judíos, agnósticos, evangélicos, protestantes, anglicanos y un largo etcétera
de creencias distintas que encuentran puntos en común dentro de la orden
masónica. Inclusive, hay en nuestras filas pastores, jesuitas, frailes,
teosofistas entre otros líderes de opinión dentro de sus comunidades
religiosas.
LRP:
En Yucatán, ¿hay muchos masones en los gobiernos?
JMRP:
Si lo que me está preguntando es si hay masones en el gobierno, la respuesta es
sí. Pero los hay también- y jugando papeles muy relevantes- dentro en la
iniciativa privada y en otros espacios públicos que si bien, por su naturaleza
no son muy visibles, son muy relevantes para la dinámica que envuelve los
asuntos públicos, como en el Poder Judicial del Estado, el Ejército, la Marina,
los cuerpos de seguridad pública o de investigación y, hasta entre los
periodistas.
LRP:
¿Cuál es el objetivo de la masonería para los próximos años?
JMRP:
Bueno, la masonería como tal no tiene más objetivos que los señalados en
nuestros contenidos, ceremonias y trabajos, la Orden busca que, a través de la
formación integral de un ser humano, éste pueda encontrarse a sí mismo,
conocerse y, de esa forma, poder aportar a la gran obra del universo, y eso implica
que lo haga con armonía, amor, entereza, templanza, y procurando la fraternidad
mediante su comportamiento y sus buenos oficios.
LRP:
¿No tiene, la masonería, objetivos como tal, por ejemplo, esta Gran Logia?
JMRP:
Si lo aterrizamos a nuestra Gran Logia, podríamos decir que, uno de nuestros
objetivos es lograr que los jóvenes miren hacia los postulados y principios de
la masonería, lo que seguramente sucede en muchos casos, pero no saben que ahí
hay influencia de quienes han formado parte importante de la institución
masónica, por ponerte algunos ejemplos te puedo mencionar a los grupos Scout y
la Cruz Roja, Rotarios o Club de Leones. Contamos con logias AJEF (Asociación
de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad), pero me temo que no ha sido suficiente
para lograr atraer a los jóvenes y a los adultos jóvenes que se encuentran en
etapa productiva y formativa, en la que la masonería podría jugar un papel muy
importante en la construcción de su personalidad como individuos.
LRP:
¿Qué edad tienes tú y cuánto tiempo llevas en la masonería?
JMRP:
Yo tengo 29 años y llevo en contacto con la masonería, exactamente, 15 años, 10
de ellos como iniciado en forma, es decir como masón reconocido.
LRP:
¿Recomendarías a la masonería? ¿Por qué?
JMRP:
Claro que la recomendaría, sin embargo, estamos conscientes de que la masonería
no es para todos, ni todos están hechos para la masonería. Ahí afuera hay
muchos que son masones no iniciados por el simple hecho de comportarse como se
desea que lo haga un buen masón, como los hay quienes llevan décadas en la
Orden y aún se encuentran “trabajando su piedra bruta” lo que, por cierto, no
es algo fácil, creo que todos luchamos con eso día a día.
Recomiendo ampliamente la formación masónica, para
quien ha aprendido a leer y a comprender la naturaleza humana o desea acercarse
a ella, le puede significar el acceso a un mundo lleno de posibilidades, yo he
descubierto, gracias a la masonería que, el pensamiento humano, no tiene
límites. Lo importante es que todo lo que nazca como fruto de nuestra
creatividad, sea benéfico para la comunidad y, por ende, para nosotros mismos.
Además, en la masonería uno puede encontrarse y conocer personas con las que,
si no fuera por ella, nunca las hubieses conocido.
