El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, una medida que afecta a países aliados como México y Canadá. Esta decisión intensifica la guerra comercial y podría poner en riesgo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que el país esperará a que se oficialicen los aranceles antes de tomar medidas. “Vamos a esperar a ver si se anuncia algo hoy, y a partir de ahí tomaremos una decisión”, declaró Sheinbaum en una conferencia de prensa.
México es uno de los principales exportadores de acero a Estados Unidos, con exportaciones que alcanzaron 11,200 millones de dólares en enero, solo por detrás de Canadá. La imposición de estos aranceles podría incrementar los costos para las empresas y consumidores estadounidenses, afectando industrias como la automotriz y la de bebidas enlatadas.
La administración Trump argumenta que estos aranceles beneficiarán a la industria nacional del acero y aluminio, impulsando la producción doméstica y fortaleciendo la seguridad económica del país. Peter Navarro, asesor comercial de Trump, afirmó que “los aranceles al acero y al aluminio 2.0 pondrán fin al dumping extranjero, impulsarán la producción nacional y asegurarán nuestras industrias como columna vertebral y pilares de la … “.
Esta situación recuerda a la ocurrida en 2018, durante la primera presidencia de Trump, cuando se impusieron aranceles similares. En aquella ocasión, algunos países lograron exenciones, pero en esta oportunidad no se contemplan salvedades, lo que aumenta el número de naciones afectadas por el proteccionismo estadounidense.