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Sobrevivir IV

Santiago Heyser
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De Ser a Ser, por: Santiago Heyser.

¡Interesante!, todas las encuestas muestran como
principal problema social el tema de la inseguridad; no es así con nuestros
lectores.

De algunos correos que he recibido a partir de los artículos de la
serie: “Sobrevivir, no es vivir”, cuya intención es mostrar un camino e ideas
novedosas de cómo enfrentar la realidad actual disfrutando del milagro de la
vida y siendo felices, todos manifiestan como eje la problemática económica y
laboral. Parece que, si bien la inseguridad es más “escandalosa” a nivel de
comunicación en medios, es más apremiante para nuestros lectores el deterioro
económico o la pérdida de empleo derivada del modelo socioeconómico que como
sociedad global hemos construido, el que por cierto es inviable e inmoral, ya
que, en un planeta redondo, un modelo económico de consumo al infinito lleva a
la destrucción vía el agotamiento de recursos y a la catástrofe del medio
ambiente que sustenta la vida, vía contaminación.

Hoy, quien tiene un empleo digno es afortunado, pero eventualmente no es
suficiente, dados los avances tecnológicos, muchas actividades tienden a
desaparecer; en la mira del destino están las secretarias, reemplazadas por los
teléfonos inteligentes, por las agendas electrónicas y por los asistentes
virtuales como “Alexa”, “Google” y “Siri”; los choferes, incluidos taxistas,
reemplazados por autos y camiones sin chofer, los sastres, reemplazados por
cambios de moda y tiendas departamentales, es más, hasta las tiendas están
desapareciendo al ser reemplazadas por servicios de venta por Internet.
Añadamos al drama, la gente que es despedida o jubilada y que no se preparó
para tener medios de subsistencia, por falta de previsión o atenidas a una
pensión, que, dado el manejo institucional y la corrupción, tiende a
desaparecer. Así es, el futuro parece sombrío, a menos que nos preparemos para
enfrentar la realidad enfatizando la producción de alimentos de manera personal
(familiar), es decir, consideramos que ante la incertidumbre y los riesgos que
presentan el futuro, una buena estrategia es producir nuestros alimentos (hoy
se pueden producir en macetas, en el techo de nuestras casas y sin duda en el
traspatio); si tenemos para comer, las crisis las enfrentaremos exitosamente y
si construimos relaciones familiares y vecinales fundadas en el amor y el
respeto, tendremos buena vida al margen de una realidad que no es propicia.
Existieron civilizaciones que construyeron sus ciudades bajo tierra para
protegerse y vivieron bien. Hoy quizás no sea necesario vivir bajo tierra, pero
sin duda tenemos que hacer cosas inteligentes si queremos sobrevivir y no basta
con pensarlas, la clave está en actuar y prevenir, cuando esperamos que nada
suceda y no nos preparamos, el resultado probable es drama, ya que con el
problema encima, las soluciones se complican o se vuelven imposibles.

¡Razonar y actuar!, ese es el camino. Para algunos será el preparase, el
estudiar, el actualizar conocimientos, para otros el producir sus alimentos,
para muchos el autoempleo, es decir, aprender oficios que les permitan salir
adelante porque no dependen de un empleador; como ejemplo están los jardineros,
los que reparan desperfectos, los que ponen una tienda o negocio, los que
prestan servicios independientes y ni que decir de los maestros (los de verdad,
los comprometidos, los que educan y forman) siempre necesarios, pero que se
tienen que actualizar, así como las instituciones educativas a la era digital.
Los que tienen un ahorro o capital, pueden comprar tierra y producir sus
alimentos, garantizando sobrevivir, y si son emprendedores, comercializarán sus
excedentes o procesarán parte de ellos para vender. A más gente, más demanda de
alimentos, la tierra parece apuesta segura… Pero hay que prepararnos, aprender
técnicas de cultivo, entender lo básico sobre tierra, clima y agua y sobre
aspectos de procesamiento y comercialización… El abogado o el financiero que
envejecen sin ahorro, están en problemas, el agricultor o el ganadero ¡No!,
quién hace curtidos, conservas o pan, tampoco y probablemente el que vende
tacos, tampoco.

Una vez razonado y decidido un camino, este puede tener múltiples
variantes o vertientes, podemos producir para autoconsumo, podemos trabajar
solos, como el jardinero, lo podemos hacer en familia, o podemos organizarnos
para la producción y unir grupos orientados a la producción o prestación de
servicios; depende de nuestras habilidades, de nuestra vocación y de nuestra
capacidad y visión. El tema es que todo depende de nosotros mismos y de las
acciones que deriven de nuestras decisiones; en otras palabras, nuestro futuro
para tener buena vida depende de nosotros, no del modelo económico, no de
nuestros gobernantes, no del patrón y por supuesto, tampoco de la suerte, pero
hay que trabajar y trabajar es vivir… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Twitter: @SantiagoHeyser
Correo: heyser@deseraser.mx

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