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La batalla contra el cáncer de Mama, un compromiso permanente.

Jessica Saiden Quiroz
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“Me diagnosticaron cáncer de Mama en 2006. Tenía en ese entonces 31 años, me había casado y no teníamos hijos. Lo que más recuerdo del momento de mi diagnóstico fue la angustia que me generó pensar cómo iba a darles esa noticia a mi familia, y me sentí culpable por generarles ese dolor”.

“Me hice una masectomía, dos cirugías, quimioterapia y consumí potentes medicamentos cuyas secuelas nos impidieron tener un hijo en el futuro, un sueño que compartía con mi esposo. Entonces, asumí una posición positiva frente a la situación: el cáncer de Mama me dejó un coraje y un sentido del valor de la vida que no tenía antes de enfermarme”.

Este es el testimonio de Laura, una sobreviviente de las más de 2 millones de mujeres que padecen esta terrible patología, según datos de la Organización Mundial de la Salud; tan solo en México, de acuerdo a cifras oficiales, aproximadamente 15 mujeres fallecen todos los días debido a esta causa.

El cáncer de Mama es una tumoración maligna que se presenta en la glándula mamaria, siendo factores de riesgo la edad (ser mayor de 40 años), el tener antecedentes familiares, la ausencia de embarazo y lactancia y la obesidad, entre otros.

Lamentablemente no se puede prevenir, pero si existen diversas herramientas para detectarlo a tiempo, como la mastografía y la autoexploración, útiles para que, con un tratamiento oportuno, se incrementen las posibilidades de curar este mal.

Los organismos públicos de salud así como las asociaciones de la sociedad civil incrementaron en la última década la inversión en la materia, ya sea a través de infraestructura médica como en campañas de concientización a fomentar en los hogares hábitos orientados a disminuir la tasa de mortalidad.

Por ejemplo, según datos del INEGI, en el año 2014 existían en funcionamiento 689 mastógrafos en clínicas de salud, mientras que para el 2017 estos habían aumentado a 1 mil 138 de estos equipos, sin embargo, según un estudio del Instituto Nacional de Cancerología, el 80 por ciento de estos aparatos se encuentran en la Ciudad de México, pero la mayoría de ellos no pasan las pruebas de calidad necesarias.

La investigadora Karla Unger, especialista del INCAN, señala que cuando a una mujer se le diagnostica cáncer de Mama, tarda hasta siete meses en recibir el tratamiento adecuado, cuando la Norma Oficial Mexicana 041 para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica, de carácter obligatorio establece que 90 por ciento de las pacientes, necesitan iniciar el tratamiento en menos de 15 días.

Otra de las barreras sociales es el comportamiento social hacia esta enfermedad; la fundación Mariantonia Tous presentó en un foro en la ciudad española de Barcelona, una investigación que revela que alrededor de un 23 por ciento de mujeres que sufren este carcinoma son víctimas de la discriminación en sus centros de trabajo.

En muchos casos, debido a la ausencias laborales y bajas, y por lo tanto, como consecuencia de los tratamientos recibidos, las pacientes fueron rebajadas de categoría, o en el peor de los casos, despedidas, resultándoles muy difícil encontrar un nuevo empleo.

A este respecto, los órganos legislativos y las dependencias protectoras del trabajo a todos los niveles, necesitan reforzar el marco jurídico, aplicando en consecuencia, medidas coercitivas para garantizar los derechos laborales de las mujeres.

Para disminuir la incidencia es necesario el esfuerzo y la colaboración de todos. En Yucatán, con sus 106 municipios es indispensable que en cada de éstos núcleos se cuenten con las instalaciones básicas para su pronta detección.

Mientras más temprano se detecte, se incrementan las posibilidades de atacarlo oportunamente: en la etapa 0 hay 95 por ciento de posibilidades de sobrevivencia, en etapa I es del 88 por ciento, en etapa II baja hasta el 66 por ciento, en la etapa III es del 36 por ciento y en la etapa IV, las probabilidades son apenas del 7 por ciento.

Un listón rosa conmemora la Lucha Mundial contra el Cáncer de Mama, un color que nos invita a la reflexión, pero más importante, nos invita a seguir sumando voluntades hacia el objetivo de conseguir que ninguna mujer como Laura, viva las consecuencias físicas (y psicológicas) de esta terrible enfermedad.

Aún hay mucho por hacer, pero continuaremos haciendo nuestra parte por y para todas las mujeres de Yucatán y de México. Nuestro reconocimiento a quienes viven con este sufrimiento, pero no están solas, estamos con ustedes hasta el último tramo de la batalla.

Jessica Saiden Quiroz
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