Sobran los motivos, por: Mtro. Jordy R. Abraham
Con frecuencia se emiten juicios críticos hacia los jóvenes, relacionando a este grupo poblacional con actitudes negativas como la apatía o la irreverencia. Ciertamente, el contexto en el que han crecido, rodeados de tecnología digital, ha generalizado una demanda por la inmediatez que se refleja en diferentes ámbitos de sus vidas. Hablamos de una juventud latente nacida a partir de la década de 1990. Crecieron con redes sociales y acceso a la información prácticamente ilimitado, a diferencia de sus padres y abuelos.
Sin embargo, no podemos negar que el dinamismo del ritmo de vida ha golpeado en cierta medida antiguos valores preciados como la cohesión familiar y la empatía. Las múltiples ocupaciones y distracciones del mundo contemporáneo suelen hacer que olvidemos lo esencial. En consecuencia, pudiera parecer que la juventud es desidiosa, cuando muchas veces, es la incomprensión la que los abruma, así como la frustración de no alcanzar sus objetivos en un entorno de suma competitividad y altas exigencias.
Ahora bien, una vez reconocidas las condiciones particulares que representan riesgos para el sector juvenil, es importante hacer notar los significativos avances en la agenda social que están siendo impulsados por la nueva generación. Aquí se comienzan a dilucidar relevantes cambios de paradigma que no deben ser obviados. Se han abierto frentes de debate e intercambio de ideas que deben ser asimilados y dimensionados por su potencial trascendencia.
Así, la generación joven es hoy más que nunca, consciente de la obligación por proteger el medio ambiente. El cuidado ecológico es una de las prioridades para la agenda juvenil, lo cual nos brinda algo de esperanza de cara a la catástrofe ambiental que padecemos en la actualidad. Esta conciencia colectiva que empuja con fuerza, es un activo plausible y nos demuestra que los jóvenes son capaces de asumir compromisos motivados por causas justas.
Otra prueba del cambio generacional se percibe en el creciente reclamo por una auténtica igualdad de género. La violencia hacia las mujeres es más visibilizada que antes y se diseñan constantemente políticas públicas, así como estrategias para promover los derechos del género femenino y la instauración de un piso parejo para que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades para desempeñarse en los ámbitos profesional, social, cultural y político.
La tolerancia es un elemento positivo más propio de la juventud contemporánea, pues la discriminación en sentido amplio es rechazada por la mayor parte de los integrantes de esta generación, aunque aún hay resistencias por vencer.
La sociedad evoluciona; los paradigmas cambian. Procuremos que las nuevas visiones que se extienden globalmente contribuyan al crecimiento de los valores humanos dentro de la sana convivencia y el respeto a los derechos de las personas.
