La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) de 2024 se desarrolla en Nueva York bajo estrictas medidas de seguridad, en lo que se considera una de las operaciones más grandes de este tipo en Estados Unidos. La reunión anual de alto nivel, que reúne a líderes mundiales y sus delegaciones, ha generado un despliegue sin precedentes de fuerzas de seguridad para garantizar la protección de miles de diplomáticos, así como la coordinación de diversas agencias.
Las medidas de seguridad abarcan desde cortes de tráfico en zonas clave de Manhattan hasta la instalación de detectores de metales y cámaras de vigilancia. Además, se ha limitado el acceso de civiles a las inmediaciones de la sede de la ONU. Las fuerzas de seguridad han trabajado en estrecha colaboración con agencias de inteligencia para prevenir posibles amenazas, debido a la presencia de numerosos jefes de Estado y de gobierno.
Este evento no solo es relevante por los discursos y negociaciones que se realizan, sino también por las implicaciones logísticas y de seguridad que conlleva. La coordinación de cuerpos de seguridad locales, estatales y federales se intensifica, en un esfuerzo que busca minimizar cualquier riesgo en medio de tensiones internacionales y conflictos abiertos.
