En la pantalla, por: David Moreno.
Es innegable que Cobra Kai tuvo éxito a partir de que sus primeras dos temporadas llegaron a Netflix. Había sido estrenada un par de años antes en You Tube Red donde tuvo muy poca difusión. Aunque había logrado crear una pequeña pero fuerte base de seguidores, que desde entonces comenzaron a hablar maravillas de la serie, eso no fue suficiente para que pudiera generar una mayor audiencia. Su consagración llegó cuando el gigante del streaming la incluyó en su catálogo y sus suscriptores la descubrieron. Las dos primeras temporadas fueron subidas a la plataforma al mismo tiempo, por lo que quienes aún no la veían tuvieron la oportunidad de mirarlas sin tener que esperar un tiempo entre una y otra. El éxito llevó a Netflix a comprar completamente los derechos de producción de la serie y facturar una tercera temporada de la serie, con la idea de aprovechar la popularidad de la que ahora gozaba. La han estrenado a principios de 2021 y sin duda ya habrá que apuntarla como una de las grandes producciones del año.
Seguir la historia de lo sucedido hace 30 años con Daniel LaRusso (Ralph Maccio) y Jhonny Lawrence (William Zabka) en “Karate Kid” ha sido un acierto. Pero se trata algo más que utilizar el fácil y trillado recurso de apelar a la nostalgia. Lo que han hecho los creadores y guionistas de la serie es complejizar la premisa original y darle continuidad a personajes que con el transcurrir del tiempo pasaron de ser un par de adolescentes con los típicos problemas propios de tal edad a convertirse en dos adultos y por lo tanto a enfrentar asuntos que vienen de la mano de eso que a lo que pretende llamarse madurez. Y en realidad los tópicos que atormentan no son tan diferentes entre dos personajes que, más allá de sus históricos antagonismos y de los diversos caminos por los cuales los ha llevado la vida, son parte de una generación que tal vez nunca comprendió del todo lo que significaba ese tránsito de una etapa a otra.
Ahí es en donde me parece está el gran secreto de Cobra Kai: presenta a tres generaciones, a sus diversas maneras de concebir al mundo y a lo complicado que resulta para todas el poder interactuar exitosamente con la otra. Son los “boomers” contra la “Gen-X” y contra los “Milenials”. Son unos completamente incapacitados para entender a los otros y por ende intentando imponer su concepción de las cosas por sobre la de quienes han desarrollado otra perspectiva sobre las mismas. Esos conflictos generacionales son planteados de una manera muy natural utilizando al Karate como el contexto ideal para potencializarlos y hacerlos algo más que una simple competencia entre “buenos y malos”, lo que queda claro para el espectador particularmente en esta tercera temporada en la que la línea divisoria se va a difuminar aún más ante la irrupción de situaciones que pondrán a prueba no solamente al entrenamiento físico de muchos de los protagonistas sino particularmente su moralidad y los medios para alcanzar sus fines. Es una serie en la que el arco de transformación de todos los personajes se va cumpliendo con absoluta verosimilitud y dejando en su transcurrir eventos que llevarán al espectador a cuestionar la ética y los principios sobre los cuales sustentan sus acciones todos los principales personajes de la serie.
Todo mientras se va construyendo un universo entrañable, lleno de escenarios que van desafiando a los protagonistas y presentándoles obstáculos que deberán sortear para evolucionar, tanto en su práctica del Karate, como en su propia vida. Todo sin perder esa relación con los eventos narrados en las películas ochenteras los cuales traerán a la pantalla a personajes que tuvieron importancia en los mismos y que también tienen una interesante evolución.
Cobra Kai termina presentando una tercera temporada más madura, compleja, y en la cual se presentarán varios puntos de inflexión en la historia que harán que los protagonistas tengan que derrumbar los muros que los separan y tender puentes entre ellos para poder salir avantes de una situación que se les escapa de las manos. Una emocionante y bien planteada entrega que, insisto, se ha convertido en el primer gran éxito televisivo de este incipiente 2021.
