De Ser a Ser, por: Santiago Heyser.
La felicidad es un estado de nuestra mente en el que
influimos directamente de manera consciente, si la felicidad se pudiera
comprar, todos los ricos serían felices, y eso no pasa.
Ya hemos comentado los primeros cuatro motivos de infelicidad, de una
lista de diez: 1.- No somos conscientes de nosotros mismos; 2.- No vivimos la
vida cuando sucede, en el momento presente; 3.- No aceptamos la realidad y
luchamos contra ella; 4.- Creamos expectativas.
La siguiente de las razones y en particular una de las que nos generan
mayor confusión, es que: 5.- Creemos que la felicidad es algo que obtenemos y
es externo a nosotros… ¡No es así!, ni las cosas ni las personas pueden
brindarnos la felicidad que buscamos. Recordemos que la felicidad es un estado
de nuestra mente en el que influimos directamente de manera consciente, es una
actitud que tenemos ante la vida y sus eventos, es una forma de sentirnos que
depende de nosotros y no debe depender de las circunstancias. ¡No se puede
comprar, no se puede adquirir, no nos la puede dar alguien! La felicidad tiene
que ver con la forma como reaccionamos y la actitud con la que nos conducimos
ante los sucesos de la vida y en nuestras relaciones. Si la felicidad se
pudiera comprar, todos los ricos serían felices, y eso no pasa. Cuando
resolvemos con dinero un problema o una circunstancia de la vida, nos puede dar
satisfacción o generar sensaciones positivas como tranquilidad, paz o disminuir
el estrés al resolver una necesidad, pero no nos da felicidad; inclusive,
cuando en nuestras vidas tenemos oportunidad de contar con objetos nuevos, ya
sean necesarios o no, desde un pequeño antojo como nuestra primer bicicleta,
hasta algo más simbólico y grande como tener una casa nueva, un auto o un
negocio, la sensación de euforia y alegría eventualmente se desvanece y lo que
era nuevo se vuelve cotidiano, ¿no es así?; lo que demuestra que, en última
instancia, no son los objetos quienes nos pueden llevar a un estado de
felicidad. Tampoco lo puede hacer el dinero, aunque su carencia para cubrir las
necesidades básicas es estresante. De forma natural, las cosas nuevas nos generan
una sensación de alegría pasajera; ya sea un trabajo, realizar una actividad
nueva o comprar un auto, lo nuevo generalmente nos motiva, cambiamos la rutina
y se revitaliza nuestra vida temporalmente, lo cual es grato y es parte del
vivir. Emocionarnos, aventurarnos o disfrutar algo nuevo está bien. Disfrutar
es parte de la vida y una aspiración natural, sólo hay que hacerlo con
desapego, o sea, que cuando hay se disfruta, pero cuando no hay no debe generar
conflicto alguno ni hacernos infelices; solo recordemos: nuestra felicidad no
puede ser adquirida, ya que es algo interno en nosotros y al fin de cuentas es
una decisión personal que no vas a encontrar en el exterior.
¿Y qué hay respecto a las personas que nos hacen felices?, eso nos lleva
al siguiente de los motivos de nuestra lista, causantes de la infelicidad: 6.-
Creemos que para ser felices necesitamos a alguien. ¿En realidad es así, las
personas nos hacen felices, o somos nosotros quienes tenemos una reacción de
felicidad ante las personas? Las personas no nos hacen felices, nosotros nos
sentimos felices con las personas, pero es algo que sucede dentro de nosotros,
no es algo que la otra persona nos da. Puede ser que nos sintamos alegres y
contentos cuando las conductas o acciones de otras personas coincidan con
nuestros deseos y expectativas, pero ¿qué pasa cuando no es así?, la misma
persona que me hacía feliz ahora me hace infeliz ¿cierto? Pudiéramos apostar
que todos hemos vivido esta dualidad en nuestras relaciones personales, ya sea
pareja, hijos, familia o amigos, a veces nos sentimos bien respecto a ellos y
en ocasiones no, lo cierto es que la felicidad nada tiene que ver con los demás
ya que, como dijimos, ser feliz es una decisión personal y no debe estar
condicionada como reacción a situaciones externas. ¿Te has fijado que cuando
alguna persona hace algo, hay quienes se sienten bien al respecto y hay quienes
se sienten mal en función de cómo les afecta esa acción? Esa es una manera de
no ser felices, depender de otros o de lo que otros hacen… Lo sabemos, somos
seres sociales lo que nos conduce a vivir en sociedad, a tener pareja, formar
familia, tener hijos y grupos de amigos. Compartir nuestras vidas contribuye a
nuestro desarrollo personal y social, pero al final del día, la vida es un
viaje individual que realizamos solos, cada uno de nosotros somos seres
completos, que nos enriquecemos de forma maravillosa al compartir nuestra vida
con otras personas, pero nuestra felicidad no depende más que de nosotros… ¡Así
de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Twitter: @SantiagoHeyser
Correo: Heyser@deSeraSer.mx