Llegaban antes de San Juan y en verdad le daban miedo. Negro, con su cornamenta. Les decían vacalouras… Después llegaba San Juan.. las sardinas, las hogueras, el verano. Los catorce años en la verbenas, el beso soñado, las tardes de playa, las faldas blancas, la piscina…
Con la feria iban a los toros y salían por la noche con prendas ligeras, poco a poco las semanas, ya con el colegio, traían de regreso las chaquetas y las botas. Y los deberes. Y las manzanas asadas para la merienda. El otoño teñía de ocre y dorado parques y jerseys…
Se iban los Reyes y los escaparates se vestían de Semana Santa. El invierno eran tardes de cine y narices rojas, manos heladas en las calles, exámenes, corazones dibujados en los apuntes. Pronto amanecía febrero… con sus días bellos. Y llegaban notas y excursiones y planes…
Y la primavera lo trastornaba todo. Volantes o cruces de mayo o tardes en Las Ventas o helados de avellana en la Alameda. Es fácil ser feliz en primavera… y también es fácil enamorarse. Fiestas, conciertos, repasos de toda la materia. Junio.. sensaciones de alboroto. Otra vez sardinas!!!
Así vivían la adolescencia los Hugo, Marta, Pablo, Lourdes, Mateo, Alberto, Carlos, Rocío… tantos
Así la viví yo: libre, alocada, intensa
Dedicado a todos los adolescentes fuertes que se comportan bien en tiempos difíciles, valientes con la vacuna, sensatos con la mascarilla. Por vosotros
A mi Luis
Al toreo
A las estaciones, a las costumbres
Y a lo que es verdsd
