En la madrugada del 4 de julio de 2025, intensas precipitaciones en el centro de Texas dejaron un número aún indeterminado de fallecidos, conforme comunicaron las autoridades del condado de Kerr. En declaraciones publicadas en Facebook, la oficina del sheriff indicó: “Podemos confirmar víctimas mortales, pero no se dará a conocer más información hasta que se notifique a los familiares”.
La misma fuente alertó sobre la gravedad de la situación, señalando que todo el condado se había convertido en “una escena extremadamente activa” y advirtió a los residentes: “Pedimos a los residentes refugiarse en el lugar y no intentar viajar. Aquellos cerca de arroyos, arroyos, y el río Guadalupe debe trasladarse inmediatamente a un terreno más alto”.
Las lluvias, descritas por las autoridades como “catastróficas”, descargaron en cuestión de horas una cantidad de agua equivalente a varios meses. Según el Servicio Meteorológico Nacional en San Angelo, “estas condiciones ponen en peligro la vida”; además, emitieron una advertencia por inundaciones y crecidas súbitas en arroyos y ríos. En particular, el río Guadalupe alcanzó los 29 pies durante la madrugada, registrando su segundo nivel más alto de la historia.
En la ciudad de Kerrville —situada a unas 75 millas al oeste de Austin—, el alcalde Joe Herring Jr. declaró el estado de desastre. En su comunicado, la administración local señaló que “los esfuerzos de búsqueda y recuperación están en curso y aumentarán a medida que las aguas retrocedan”. Equipos de emergencia continúan en labores de rescate y evacuación en zonas vulnerables.
Las condiciones climáticas continúan siendo extremas y las autoridades han pedido a la población no salir a las carreteras para evitar mayores incidentes.
